jueves, 14 de septiembre de 2017

IV.

Muy Buenas!

Hoy toca comentar las medidas que mi compañero César y yo tomaríamos para conseguir la excelencia educativa. 

Llegamos a la conclusión de que el término excelencia tiene muchos matices y depende en gran medida de lo que se entienda con esa palabra. Si nos ceñimos a lo que socialmente se considera "excelente" tendríamos que hablar de medidas que afectaran directamente a los resultados académicos de los alumnos con respecto a una evaluación, que en la gran mayoría de los casos es un examen escrito en el que se tiene en cuenta principalmente la capacidad memorística del alumno. 

Nosotros intentamos darle otro enfoque y primeramente, para conseguir lo que nosotros consideramos excelencia, se tendría que cambiar los métodos de evaluación y hacerlos más completos, evaluando no sólo una sino varias inteligencias. Otra medida que, pese a no respetar el principio de equidad, contribuiría a una educación más eficiente, y por tanto nos acercaría a nuestro objetivo, sería dividir a los alumnos en grupos basándonos en su rendimiento. Ojo, esta última medida no la defendemos personalmente ya que tiene muchos fallos y viola uno de los principios más importantes de la educación, la equidad. Tomando el objetivo de la práctica nos pareció que sería una de las medidas más eficientes para llevarlo a cabo. 

La excelencia educativa no debería ser una prioridad, al menos no con la concepción que hay actualmente y en mi opinión debería enfocarse a que es de verdad un alumno excelente, ¿acaso es uno que saca todo dieces?  o bien, ¿podríamos considerar a un alumno que es bueno con sus compañeros, creativo y un poco rebelde con lo establecido un alumno excelente?

Podéis ir en paz.

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